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Juan 6, 51-59: Mi carne es la verdadera comida, y mi sangre, la verdadera bebida.

20 de Abril 2018     Freddy Araya    

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+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Juan 6, 51-59
Jesús dijo a los judíos:
“Yo soy el pan vivo bajado del cielo.
El que coma de este pan vivirá eternamente, y el pan que Yo daré es mi carne para la Vida del mundo”.
Los judíos discutían entre sí, diciendo: “¿Cómo este hombre puede damos a comer su carne?”
Jesús les respondió:
“Les aseguro que si no comen la carne del Hijo del hombre y no beben su sangre, no tendrán Vida en ustedes.
El que come mi carne y bebe mi sangre tiene Vida eterna, y Yo lo resucitaré en el último día. Porque mi carne es la verdadera comida y mi sangre, la verdadera bebida. El que come mi carne y bebe mi sangre permanece en mí y Yo en él.
Así como Yo, que he sido enviado por el Padre que tiene Vida, vivo por el Padre, de la misma manera, el que me come vivirá por mí.
Este es el pan bajado del cielo; no como el que comieron sus padres y murieron. El que coma de este pan vivirá eternamente”.
Jesús enseñaba todo esto en la sinagoga de Cafarnaúm.

Palabra del Señor.

Reflexión

En el evangelio de hoy estamos llegando casi al final del Discurso del Pan de Vida. Aquí empieza la parte más polémica. Los judíos se encierran en sí mismos y empiezan a cuestionar las afirmaciones de Jesús. El Discurso del pan de vida, incluye la página de este evangelio más conocida como Discurso Eucarístico. Más allá de la fórmula de nuestra liturgia en la plegaria eucarística, no olvidemos que en la mentalidad semita el comer y el beber (pan-cuerpo, vino-sangre), significa sobre todo que hagamos lo que Él hizo por nosotros, que asumamos en su presencia y palabra la expresión plena de Dios y, principalmente, que nos apropiemos del amor expresado con tanta elocuencia en su vida con el prodigioso remate de su entrega hasta la muerte. «Comer su carne» significa aceptar, asumir, formar parte de todas estas cosas que acabamos de apuntar. Significa también que nos vamos transformando en Cristo, en Cuerpo y Carne suya («ya no soy yo el que vive, sino Cristo que vive en mí»). Significa que aceptamos ser también nosotros pan que se entrega para que otros se alimenten. Haced «esto» en memoria mía. Significa que aceptamos la entrega y el sacrificio (=sangre) por amor como estilo de vida. Significa que estamos «en proceso» de Resurrección por estar unidos a él.
¿Cómo vivo la eucaristía en mi vida? Aunque no pueda ir a misa todos los días o los domingos, mi vida debe ser eucaristía. ¿Cómo alcanzar este objetivo?

Categories: Evangelio diario

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