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OFRENDA LIRICA R. Tagore

8 de Noviembre 2017     Joaquín Castro    

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Iba yo por el camino de la aldea, cuando tu carroza de oro apareció a lo lejos,
magnífica y resplandeciente.  Y al pasar junto a mi se detuvo.

Entonces tú me miraste a los ojos y bajaste sonriendo.  Sentí que me invadía la
felicidad de la vida y pensé que las penurias de mis días malos habían
terminado.

Más luego tú me tendiste tu diestra y me dijiste:  ¿Puedes darme alguna cosa?
¡Ah, que ocurrencia la de su realeza, pedirle a un mendigo!

Yo estaba confuso y no sabía que hacer, entonces saque lentamente de mi saco un
granito de trigo y te lo di.  Pero que tristeza la mía, cuando al caer la tarde
y vaciar mi saco en la arena, encontré un granito de oro en la miseria del
montón.

Qué amargamente lloré el no haber tenido corazón, para darme todo.

¿Quénos dice el Señor?

Categories: Buenas Noches

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