+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Lucas
Un doctor de la Ley se levantó y le preguntó a Jesús para ponerlo a prueba: “Maestro, ¿qué tengo que hacer para heredar la Vida eterna?”
Jesús le preguntó a su vez: “¿Qué está escrito en la Ley? ¿Qué lees en ella?”
Él le respondió: “Amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón, con toda tu alma, con todas tus fuerzas y con todo tu espíritu, y a tu prójimo como a ti mismo”.
“Has respondido exactamente, le dijo Jesús; obra así y alcanzarás la vida”.
Pero el doctor de la Ley, para justificar su intervención, le hizo esta pregunta: “¿Y quién es mi prójimo?”
Jesús volvió a tomar la palabra y le respondió: “Un hombre bajaba de Jerusalén a Jericó y cayó en manos de unos ladrones, que lo despojaron de todo, lo hirieron y se fueron, dejándolo medio muerto. Casualmente bajaba por el mismo camino un sacerdote: lo vio y siguió de largo. También pasó por allí un levita: lo vio y siguió su camino. Pero un samaritano que viajaba por allí, al pasar junto a él, lo vio y se conmovió. Entonces se acercó y vendó sus heridas, cubriéndolas con aceite y vino; después lo puso sobre su propia montura, lo condujo a un albergue y se encargó de cuidarlo. Al día siguiente, sacó dos denarios y se los dio al dueño del albergue, diciéndole: «Cuídalo, y lo que gastes de más, te lo pagaré al volver».
¿Cuál de los tres te parece que se portó como prójimo del hombre asaltado por los ladrones?”
“El que tuvo compasión de él”, le respondió el doctor.
Y Jesús le dijo: “Ve, y procede tú de la misma manera”.
Reflexión
El evangelio de hoy nos presenta la parábola del Buen Samaritano, uno de los textos más leídos de la historia cristiana y el que más se emplea para la formación religiosa. Pareciera ser tan claro y directo el mensaje, que no necesita explicación. Jesús ante la pregunta ¿qué debo hacer para conseguir la vida eterna? responde «amarás a tu prójimo como a ti mismo». La respuesta es categórica, no deja espacio para interpretaciones evasivas o acomodaticias. Hoy Jesús vuelve a decirnos “Haz tú lo mismo” Este imperativo de Jesús debemos grabarlo en nuestro corazón y actuar con pasión -en el día a día- conforme a ello. Obra con amor, sin que la razón, la tradición o las leyes te frenen.
¿Quién es tu prójimo?
One thought on “Lucas 10, 25-37: ¿Quién es mi prójimo?”
Yo creo que está refiriéndose asimismo por cuánto el Padre y el hijo son uno solo y el mismo. Esto por qué sabía Jesús que no creían en el y menos que lo envío el Padre.