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Mt 14, 22-36: ¿Por qué dudaste?

8 de Agosto 2017     soporte    

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+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Mateo 14, 22-36

Después de la multiplicación de los panes, Jesús obligó a los discípulos que subieran a la barca y pasaran antes que él a la otra orilla, mientras él despedía a la multitud. Después, subió a la montaña para orar a solas. Y al atardecer, todavía estaba allí, solo.
La barca ya estaba muy lejos de la costa, sacudida por las olas, porque tenían viento en contra. A la madrugada, Jesús fue hacia ellos, caminando sobre el mar. Los discípulos, al verlo caminar sobre el mar, se asustaron. “Es un fantasma”, dijeron, y llenos de temor se pusieron a gritar.
Pero Jesús les dijo: “Tranquilícense, soy Yo; no teman”.
Entonces Pedro le respondió: “Señor, si eres Tú, mándame ir a tu encuentro sobre el agua”.
“Ven”, le dijo Jesús. Y Pedro, bajando de la barca, comenzó a caminar sobre el agua en dirección a Él. Pero, al ver la violencia del viento, tuvo miedo, y como empezaba a hundirse, gritó: “Señor, sálvame”. En seguida, Jesús le tendió la mano y lo sostuvo, mientras le decía: “Hombre de poca fe, ¿por qué dudaste?” En cuanto subieron a la barca, el viento se calmó. Los que estaban en ella se postraron ante Él, diciendo: “Verdaderamente, Tú eres el Hijo de Dios”.
Al llegar a la otra orilla, fueron a Genesaret. Cuando la gente del lugar lo reconoció, difundió la noticia por los alrededores, y le llevaban a todos los enfermos, rogándole que los dejara tocar tan sólo los flecos de su manto, y todos los que lo tocaron quedaron sanados.
Palabra del Señor

Reflexiona

La escena del evangelio de hoy nos invita a confiar siempre en el Señor. Se trata de Pedro que duda del poder de Jesús. El mar, siempre en la Biblia es señalado como un lugar no propio para los hombres; aparece ahora como el lugar de la prueba. Nosotros podemos vernos envueltos muchas veces en situaciones complejas que nos impiden tener más fe y podríamos sucumbir ante las olas de la dificultad. Jesús aparece siempre a nuestro lado, acompañándonos y sosteniéndonos. ¿Confío plenamente en el Señor?

Categories: Evangelio diario

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