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“En vasos de barro”

8 de Febrero 2017     soporte    

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Como el camino de la amistad humana, el camino de la amistad con Jesús en la oración es frágil y vulnerable. Lo llevamos en “vasos de barro”, al decir de san Pablo. Debemos cuidar y cultivar la oración, como debemos cuidar y cultivar la fe misma y el amor de amistad que genera. Igual que sucede con la amistad, que es vulnerable a cualquier crisis, conflicto o separación, la oración, lo sabemos por experiencia, es fácilmente vulnerable a nuestras crisis personales, a nuestros momentos de decadencia o aun a nuestros cambios exteriores de trabaja, de lugar o de relaciones.

De ahí la enseñanza de los místicos: lo más importante en la oración es o abandonarla nunca. Persistir en ella, sin dejarse condicionar por la sensibilidad, por el estado de ánimo o por nuestra infidelidad moral, nuestras miserias y pecados. Por mal que nos encontremos, no hay que ceder a la tentación (pues se trata ciertamente de una tentación del demonio) de dejar la oración. Esta es la única garantía de futura superación; la amistad liberadora de Jesús no nos abandona jamás; dejar la oración equivale, por parte nuestra, a cortar con esta amistad. En fin, con la oración sucede lo que con la amistad. Cuanto más tratamos al amigo y conversamos con él, tanto más queremos tratarlo y conversar con él, más surgen temas de conversación; cuanto menos tratamos con él, tanto menos lo echamos de menos y tanto menos tenemos de qué conversar. En la oración, cuanto más oramos, tanto más necesitamos orar y tanto más le encontramos sentido a la oración; cuanto menos oramos, tanto menos sentimos su necesidad, menos le hallamos sentido y más difícil se nos hace orar.

¿Qué le dices al Señor al finalizar este día?

Categories: Buenas Noches

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