+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Lucas.
Cuando Jesús terminó de hablar, una mujer levantó la voz en medio de la multitud y le dijo: «¡Feliz el seno que te llevó y los pechos que te amamantaron!».
Jesús le respondió: «Felices más bien los que escuchan la Palabra de Dios y la practican.»
Reflexionamos
Este texto subraya que los vínculos familiares, los llamados “de carne y sangre”, siendo importantes, apuntan a descubrir otro vínculo más fuerte y profundo: la radical hermandad entre todas las personas. Y no sólo hay un vínculo entre todas las personas por ser hijas de un mismo Dios. Jesús parece apuntar a algo todavía más hondo. Hay un vínculo mayor entre quienes reconocen a Dios como Padre y hacen su amorosa voluntad. ¿Y quien, después de Jesús, no ha hecho esto mejor que María? Así, lo que parece ser (a nuestros oídos occidentales del siglo XXI) la respuesta de un hijo desabrido, resulta ser la alabanza más grande a María. Ella, dice Jesús, es realmente feliz, “bienaventurada”.
¿Qué habrías contestado tú a la mujer de la multitud?
