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Mateo 20,1-16

17 de Agosto 2016     Freddy Araya    

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+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Mateo    19,30-20,16
Jesús dijo a sus discípulos:
Muchos de los primeros serán los últimos, y muchos de los últimos serán los primeros. Porque el Reino de los Cielos se parece a un propietario que salió muy de madrugada a contratar obreros para trabajar en su viña. Trató con ellos un denario por día y los envió a su viña.
Volvió a salir a media mañana y, al ver a otros desocupados en la plaza, les dijo: “Vayan ustedes también a mi viña y les pagaré lo que sea justo”. Y ellos fueron.
Volvió a salir al mediodía y a media tarde, e hizo lo mismo. Al caer la tarde salió de nuevo y, encontrando todavía a otros, les dijo: “¿Cómo se han quedado todo el día aquí, sin hacer nada?”
Ellos les respondieron: “Nadie nos ha contratado”. Entonces les dijo: “Vayan también ustedes a mi viña”.
Al terminar el día, el propietario llamó a su mayordomo y le dijo: “Llama a los obreros y págales el jornal, comenzando por los últimos y terminando por los primeros”.
Fueron entonces los que habían llegado al caer la tarde y recibieron cada uno un denario. Llegaron después los primeros, creyendo que iban a recibir algo más, pero recibieron igualmente un denario. Y al recibirlo, protestaban contra el propietario, diciendo: “Estos últimos trabajaron nada más que una hora, y tú les das lo mismo que a nosotros, que hemos soportado el peso del trabajo y el calor durante toda la jornada”.
El propietario respondió a uno de ellos: “Amigo, no soy injusto contigo, ¿acaso no habíamos tratado en un denario? Toma lo que es tuyo y vete. Quiero dar a este que llega último lo mismo que a ti. ¿O no tengo derecho a disponer de mis bienes como me parece? ¿Por qué tomas a mal que yo sea bueno?”
Así, los últimos serán los primeros y los primeros serán los últimos.

Reflexionamos

“Muchos de los primeros serán los últimos, y muchos de los últimos serán los primeros” (Mt 19,30)
Lo importante en la vida no está en el lugar que uno ocupe en la tierra, sino en la forma en que se realice la voluntad del Creador. Muchas veces nos dejamos confundir por la manera en que la sociedad nos presenta el éxito en la vida. Pero es verdad que también todos nosotros habremos experimentado que los éxitos no siempre nos colman de alegría o felicidad. De hecho en la práctica, según las categorías del mundo, hay mucha gente exitosa que no es feliz para nada, y otros que sin serlo, irradian plenitud. Porque en realidad el éxito no es igual a lo que nos enseñan. El éxito en el Reino es la alegría de estar con el Señor, de aceptarlo, de querer pasar tiempo junto a el, y de servir al hermano necesitado. ¿En qué consiste el éxito para ti?

Categories: Evangelio diario

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