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Juan 11, 45-57: Para Congregar En La Unidad A Los Hijos De Dios Que Estaban Dispersos

4 de Abril 2020     Freddy Araya    

23 de noviembre

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+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Juan

Al ver que Jesús había resucitado a Lázaro, muchos de los judíos que habían ido a casa de María creyeron en Él. Pero otros fueron a ver a los fariseos y les contaron lo que Jesús había hecho.
Los sumos sacerdotes y los fariseos convocaron un Consejo y dijeron: “¿Qué hacemos? Porque este hombre realiza muchos signos. Si lo dejamos seguir así, todos creerán en Él, y los romanos vendrán y destruirán nuestro Lugar santo y nuestra nación”.
Uno de ellos, llamado Caifás, que era Sumo Sacerdote ese año, les dijo: “Ustedes no comprenden nada. ¿No les parece preferible que un solo hombre muera por el pueblo y no que perezca la nación entera?”
No dijo eso por sí mismo, sino que profetizó como Sumo Sacerdote que Jesús iba a morir por la nación, y no solamente por la nación, sino también para congregar en la unidad a los hijos de Dios que estaban dispersos.
A partir de ese día, resolvieron que debían matar a Jesús. Por eso Él no se mostraba más en público entre los judíos, sino que fue a una región próxima al desierto, a una ciudad llamada Efraím, y allí permaneció con sus discípulos.
Como se acercaba la Pascua de los judíos, mucha gente de la región había subido a Jerusalén para purificarse. Buscaban a Jesús y se decían unos a otros en el Templo: “¿Qué les parece, vendrá a la fiesta o no?” Los sumos sacerdotes y los fariseos habían dado orden de que si alguno conocía el lugar donde Él se encontraba, lo hiciera saber para detenerlo.

Palabra del Señor.

Reflexión

El conflicto de Jesús con sus adversarios ya se torna dramático y adelanta un desenlace fatal. A tal punto que, a pesar de no haber juicio, debate ni testigos, sus adversarios deciden matarlo. Caifás, Sumo sacerdote, preside el Sanedrín. Constatan que el pueblo sencillo sigue a Jesús por sus enseñanzas, por sus signos, por la coherencia de su vida, porque les ha quitado el miedo a Dios y a sus representantes. Y Caifás afirma: «conviene que uno muera por el pueblo, que no perezca la nación entera». Esta acusación hostil se convierte en profecía porque la muerte de Jesús es salvadora para todos los pueblos, también para Israel. A la luz de esta Buena Noticia vemos como parte de la gente aceptaba a Jesús y parte no. Del mismo modo ocurre hoy con el evangelio y la Iglesia en muchas partes, pero ¿Qué pasa con nosotros?

El Señor nos invita a no quitar de nuestro camino la cruz, porque aquello que se presenta como devastador, puede tener un sentido liberador. ¿Estoy dispuesto? ¿Quiero recorrer estos días de Semana Santa que vienen en mi vida cotidiana, con lo que eso significa?

 

Categories: Evangelio diario

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