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Lucas 1, 26-38: ¡No temas! – Anunciación del Señor

25 de Marzo 2020     Freddy Araya    

02-01-2019

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+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Lucas

El Ángel Gabriel fue enviado por Dios a una ciudad de Galilea, llamada Nazaret, a una virgen que estaba comprometida con un hombre perteneciente a la familia de David, llamado José. El nombre de la virgen era María.
El Ángel entró en su casa y la saludó, diciendo:
“¡Alégrate!, llena de gracia, el Señor está contigo”.
Al oír estas palabras, ella quedó desconcertada y se preguntaba qué podía significar ese saludo.
Pero el Ángel le dijo:
“No temas, María, porque Dios te ha favorecido. Concebirás y darás a luz un hijo, y le pondrás por nombre Jesús; Él será grande y será llamado Hijo del Altísimo. El Señor Dios le dará el trono de David, su padre, reinará sobre la casa de Jacob para siempre y su reino no tendrá fin”.
María dijo al Ángel:
“¿Cómo puede ser eso, si yo no tengo relación con ningún hombre?”
El Ángel le respondió:
“El Espíritu Santo descenderá sobre ti, y el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra. Por eso el niño será Santo y será llamado Hijo de Dios. También tu parienta Isabel concibió un hijo a pesar de su vejez, y la que era considerada estéril, ya se encuentra en su sexto mes, porque no hay nada imposible para Dios”.
María dijo entonces:
“Yo soy la servidora del Señor, que se haga en mí según tu Palabra”.
Y el Ángel se alejó.

Palabra del Señor.

Reflexión

Al celebrar la Fiesta de la Anunciación, San Lucas nos regala un hermoso relato catequético. Un diálogo que revela el infinito respeto de Dios con el ser humano y en la figura de María, la doncella desposada con José, la imagen de una mujer que vive conscientemente su fe. Y es así como nos olvidamos de este maravilloso milagro de vida que sucede tras la aceptación valiente y humilde de María. El Hijo de Dios se encarna como hijo de hombre para acompañarnos en este ínfimo lugar del universo, Aquel que toda tenia y todo podía, se hace hombre por amor a los hombres. La celebración de este Misterio, y la meditación de este evangelio, nos ayuda a ir afrontando también, el difícil momento de la historia que hoy nos toca vivir. Porque en escenarios de tristeza y desesperanza, Dios nos dice, al igual que el ángel le dijo a María, “No temas”. Oremos hoy, especialmente, para que del fondo de nuestro corazón brote, ante todo lo que nos vaya ocurriendo en la vida, la misma respuesta de María. Oremos por lo mismo en comunidad o en familia, compartiendo aquellas veces que nos ha sido difícil aceptar a Dios y sus cambios de planes, o lo que rechazamos en estos momentos de nuestra historia personal o comunitaria y familiar.

Como comunidad o familia ¿protestamos ante los designios de Dios o los cambios en la vida cotidiana? ¿Tenemos la actitud de María, de dejar que lo que pasa, pase, o nos quejamos y protestamos, dándonos pena y reclamando la compasión de los demás?

Categories: Evangelio diario

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