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Marcos 7, 14-23: Lo que sale del hombre es lo que lo hace impuro.

13 de Febrero 2019     Freddy Araya    

20-10-2017

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+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Marcos

Y Jesús, llamando otra vez a la gente, les dijo: “Escúchenme todos y entiéndanlo bien. Ninguna cosa externa que entra en el hombre puede mancharlo; lo que lo hace impuro es aquello que sale del hombre. ¡Si alguien tiene oídos para oír, que oiga!”.
Cuando se apartó de la multitud y entró en la casa, sus discípulos le preguntaron por el sentido de esa parábola. Él les dijo: “¿Ni siquiera ustedes son capaces de comprender? ¿No saben que nada de lo que entra de afuera en el hombre puede mancharlo, porque eso no va al corazón sino al vientre, y después se elimina en lugares retirados?”. Así Jesús declaraba que eran puros todos los alimentos.
Luego agregó: “Lo que sale del hombre es lo que lo hace impuro. Porque es del interior, del corazón de los hombres, de donde provienen las malas intenciones, las fornicaciones, los robos, los homicidios, los adulterios, la avaricia, la maldad, los engaños, las deshonestidades, la envidia, la difamación, el orgullo, el desatino. Todas estas cosas malas proceden del interior y son las que manchan al hombre”.

Palabra del Señor.

Reflexión
En el evangelio de hoy Jesús continúa insistiendo en lo que es verdaderamente importante para la vida del hombre. Lo exterior es importante, pero lo es más el interior. Jesús asume la postura de Maestro y con sencillez clarifica que: “nada que entre de fuera puede hacer al hombre impuro; lo que sale de dentro es lo que hace impuro al hombre”. Y lo explica con detalle: “del corazón del hombre salen los pensamientos perversos, las fornicaciones, robos, homicidios, adulterios, codicias, malicias, fraudes, desenfreno, envidia, difamación, orgullo, frivolidad”. Así pues, la realización del bien o del mal es engendrada en el corazón (dentro de la persona). Ahora bien, ¿qué es lo que sale de nosotros? No busquemos disculpas ni nos auto-engañemos, afirmando que lo que nos viene de fuera nos vuelve impuros, nos hace tener actitudes que no deseamos, que somos víctimas de situaciones o actitudes de otros.

Sería bueno que hoy nos preguntásemos qué tipo de alimentos estamos dejando entrar en nuestro corazón.

Categories: Evangelio diario

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