Lee atentamente, Tú, Madre, has sido la que influiste más en tu Hijo. Tú fuiste la única que comunicó al Verbo su cuerpo para ser encarnado. Tu mano, suave, llena de amor indecible, fue la que fue formando aquel hombre que había de llevar una vida de trabajador humilde, y que después de vivir pobremente la vida de vida de apóstol, se ofreció desnudo sobre el ara de un leño áspero, símbolo… read more