Hace mucho tiempo, en un lugar apartado de la India, había un cargador de agua que llevaba siempre dos grandes vasijas a los extremos de un palo que se mecía sobre sus hombros. Una de las vasijas era perfecta y la otra tenía algunas grietas. La primera, conservaba toda el agua al final del largo camino desde el arroyo hasta la casa, mientras la vasija rota llegaba con la mitad del agua… read more