Señor Jesucristo, cuán íntimamente deseaste conocernos comenzando entre nosotros como un niño sin dejar de pasar por todo lo que nosotros pasamos. Tu amor te une a nosotros cuando alguno de nosotros te quiere expulsar de nuestro mundo en todo tipo de exilios. Pero, Tú continuas volviendo. Señor, digo sí a tu ser, que vive aquí, en nuestra carne. ¿Qué te dice el Señor en este día que concluye?