Cuentan de un gigante que se disponía a atravesar un río profundo y se encontró en la orilla con un pigmeo que no sabía nadar y no podía atravesar el río por su profundidad. El gigante lo cargó sobre sus hombros y se metió en el agua. Hacia la mitad de la travesía, el pigmeo, que sobresalía casi medio metro por encima de la cabeza del gigante, alcanzó a ver, sigilosamente apostados… read more