El Maestro deploraba los males que acarreaba la competitividad. “¿Acaso el competidor no hace aflorar lo mejor que hay en nosotros?”, le preguntaron. “Todo lo contrario: hace aflorar lo peor, porque te enseña a odiar”. “¿Odiar… qué?” “Odiarte a ti mismo, por permitir que tu actividad venga determinada por tu competidor, no por tus propias necesidades y limitaciones; y odiar a los demás, porque lo que buscas es triunfar a su costa”…. read more