Dios todopoderoso y eterno, acompáñanos hoy y siempre. No nos abandones, ni hoy ni nunca. Sigue iluminando nuestro día y velando nuestro descanso. Que aprendamos de ti a compadecernos, a romper con la indiferencia, para que verdaderamente seamos reflejos de esperanza y constructores de tu Reino. Amén. ¿Qué te dice el Señor, antes de terminar el día?