+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Mateo
Mientras estaban reunidos en Galilea, Jesús les dijo: «El Hijo del hombre va a ser entregado en manos de los hombres: lo matarán y al tercer día resucitará». Y ellos quedaron muy apenados.
Al llegar a Cafarnaún, los cobradores del impuesto del Templo se acercaron a Pedro y le preguntaron: «¿El Maestro de ustedes no paga el impuesto?».
«Sí, lo paga», respondió. Cuando Pedro llegó a la casa, Jesús se adelantó a preguntarle: «¿Qué te parece, Simón? ¿De quiénes perciben los impuestos y las tasas los reyes de la tierra, de sus hijos o de los extraños?».
Y como Pedro respondió: «De los extraños», Jesús le dijo: «Eso quiere decir que los hijos están exentos.
Sin embargo, para no escandalizar a esta gente, ve al lago, echa el anzuelo, toma el primer pez que salga y ábrele la boca. Encontrarás en ella una moneda de plata: tómala, y paga por mí y por ti».
Reflexiona
Jesús pregunta acerca de si puede o no pagar el impuesto. Para esto pregunta a Pedro y le pide que lo cancele a partir de un hecho extraordinario (la moneda encontrada en un pez). Jesús señala de esa forma que es Mesías e Hijo de Dios, pero no desea escandalizar a nadie. Al hacerse pequeño como nosotros, asume toda nuestra realidad. Con este evangelio, Jesús nos sigue indicando que el Reino de Dios es de los pequeños y de los humildes. Es una invitación para todos nosotros, para descubrir en esos rasgos la presencia de Dios. En este día nos podemos preguntar ¿me hago sencillo para los demás o busco imponerme? – Que disfruten de una bendecida jornada.