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Dejarse amar 2

6 de Noviembre 2020     Freddy Araya    

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El Evangelio es, precisamente, decir gracias a Dios por todo, sin excluir nada, sabiéndonos acogidos poderosamente por su misericordia y por su salvación.

Pedro llega por propia experiencia a esta intuición que le permitirá después ser el primer evangelizador, el confirmador de los hermanos, el primer proclamador de la palabra. Quería morir por Jesús: ahora ve que, de hecho es Jesús quien quiere morir por Él, y esa cruz que hubiera querido alejar del Señor es el signo del amor, de la salvación, de la disponibilidad de Dios para él.

Aquí se realiza ese cambio religioso, tan difícil para todo hombre que, en el fondo, cree siempre que Dios exige algo, que está encima para aplastarnos o para reprocharnos y no logra captar la imagen evangélica del Dios que sirve, del Dios que pone su vida a nuestra disposición, imagen que la Eucaristía nos pone todos los días en las manos. “Yo estoy entre ustedes como el que sirve”; “He aquí mi cuerpo entregado por ustedes”, antes de pedirles algo a ustedes, les pido simplemente que se dejen amar hasta el fondo.

Así llegó Pedro a la genuina experiencia del Evangelio, acogiendo la potencia del amor de Dios, que envuelve toda la vida del hombre. Pidamos también nosotros, junto con Pedro, que el Señor nos haga acoger su misericordia que se expresa de muchísimas maneras en la vida de los hombres. 

Carlo María Martini SJ


– Al terminar este día, pide junto a Pedro, que el Señor nos haga acoger su bondad y amor.

Categories: Buenas Noches

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