+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Marcos
Jesús enseñaba a la multitud:
«Cuídense de los escribas, a quienes les gusta pasearse con largas vestiduras, ser saludados en las plazas y ocupar los primeros asientos en las sinagogas y los banquetes; que devoran los bienes de las viudas y fingen hacer largas oraciones. Éstos serán juzgados con más severidad».
Jesús se sentó frente a la sala del tesoro del templo y miraba cómo la gente depositaba su limosna. Muchos ricos daban en abundancia. Llegó una viuda de condición humilde y colocó dos pequeñas monedas de cobre.
Entonces él llamó a sus discípulos y les dijo: «Les aseguro que esta pobre viuda ha puesto más que cualquiera de los otros, porque todos han dado de lo que les sobraba, pero ella, de su indigencia, dio todo lo que poseía, todo lo que tenía para vivir».
Reflexiona
• Las viudas en Israel eran una de las personas más pobres. En el pasaje del evangelio de hoy se contraponen a los ricos y a la viuda que ponen su ofrenda en el Tesoro del Templo. Mientras los primeros entregan en abundancia “algo”, aquello “que les sobra”. La viuda entrega dos monedas de cobre, lo que “tiene para vivir”, se “ofreció a sí misma”. Se transformó en ofrenda al igual que Jesús en la cruz. ¿Soy capaz de entregar mi vida como lo hizo la pobre viuda y Jesús?