La voluntad de Dios provoca temor en primer lugar, por que uno podría responder mal: salir arrancando, por ejemplo, como Jonás. Entonces, la lógica del temor sería: «mejor no saber, para no responder mal». El joven rico tampoco logra responder bien, (Mc. 10, 17- 22). Su intento de poder» ganarse el cielo» mediante el cumplimiento de la ley, es errada, sin embargo, Jesús lo encuentra tierno. Por cariño, lo invita a dejar todo, y seguirlo, y la causa de su fracaso es la mezquindad. Las exigencias también asustan, (Lc. 9, 57- 62; Lc. 14, 23- 26). En fin, cuesta caminar con Jesús camino a la cruz. Este es el miedo a hacer locuras, de ser considerado vano y loco por Cristo que primero fue tenido por tal, (EE 166). En esta locura está la sabiduría de la necesidad de Dios, (1Cor. 1, 25- 28), el escándalo de la cruz, la debilidad de Dios que es más fuerte que toda la fuerza de los hombres.
¿Qué te dice el Señor en este día que concluye?