El evangelio de hoy quiere responder a una interrogante de todos los tiempos: ¿cuándo será el fin de todo? Lo que el Señor indica es que no se trata de un acontecimiento repentino, sino más bien de un proceso histórico, por eso es importante discernir “los signos de los tiempos” tal como se afirmaba ayer. Se trata de la realización del Reino de Dios en la historia, la cual llegará en el futuro a su plenitud. Nos corresponde trabajar con Jesús construyendo su Reino potenciando su consumación ulterior. ¿Qué cualidades personales pongo a disposición del Señor para construir su Reino?
Reflexionamos
Jesús, hablando a sus discípulos acerca de su venida, les hizo esta comparación:
Miren lo que sucede con la higuera o con cualquier otro árbol. Cuando comienza a echar brotes, ustedes se dan cuenta de que se acerca el verano. Así también, cuando vean que suceden todas estas cosas, sepan que el Reino de Dios está cerca.
Les aseguro que no pasará esta generación hasta que se cumpla todo esto. El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán.