Lee atentamente. Seamos humildes a sus ojos.
Por “humildad” entendemos el reconocimiento de que todo es don de Dios, es la gran verdad de nuestra vida. El Dios de la Vida me ha dado la Vida. Y la vida es ese tejido de amor, justicia, libertad, respeto, paz, misericordia, gozo, fidelidad, lealtad…La salud, una casa donde vivir, la educación, un trabajo estable; una familia con quien compartir y rezar, una cultura en la que sentirse enraizado… Si acepto mi propia vida como don de Dios, se me abren los ojos para reconocer que la vida de cada persona es del mismo modo don, regalo valioso de Dios.
¿Cómo ha sido este día? ¿cómo podría sintetizarlo?
¿Qué le pido al Señor antes de mi descanso?