+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Mateo
Jesús dijo a sus discípulos: «Si tu hermano peca, ve y corrígelo en privado. Si te escucha, habrás ganado a tu hermano. Si no te escucha, busca una o dos personas más, para que el asunto se decida por la declaración de dos o tres testigos. Si se niega a hacerles caso, dilo a la comunidad. Y si tampoco quiere escuchar a la comunidad, considéralo como pagano o publicano.
Les aseguro que todo lo que ustedes aten en la tierra, quedará atado en el cielo, y lo que desaten en la tierra, quedará desatado en el cielo.
También les aseguro que, si dos de ustedes se unen en la tierra para pedir algo, mi Padre que está en el cielo se lo concederá. Porque donde hay dos o tres reunidos en mi Nombre, yo estoy presente en medio de ellos».
Palabra del Señor.
Reflexión
Estamos leyendo, en forma semicontinua, el Evangelio según San Mateo, el cual nos está presentando el cuarto discurso de Jesús llamado discurso comunitario, compuesto de dos partes; la primera (Mt 18,1-14) es una exhortación a la atención a los más pequeños más una parábola y la segunda (Mt 18,15-35) es una exhortación al perdón más una parábola. Mateo nos presenta hoy la segunda parte del discurso comunitario con el tema de la corrección fraterna. Así como la parábola de la oveja extraviada (Mt 18,10-14) enseñaba que hay que buscar sin descanso al pequeño perdido, ahora el Señor enseña que al hermano que se aparta de la comunidad (por su conducta pecaminosa) hay que buscarlo una y otra vez, corrigiéndolo fraternamente con caridad, primero en forma personal, luego con testigos y después con la entera comunidad para buscar su cambio; si el hermano persiste en su pecado él se habrá apartado de la comunidad por no querer cambiar. Esta práctica se confirma con tres sentencias breves del Señor. La primera, refiere a la autoridad que tiene la comunidad para corregir (atar y desatar). La segunda, indica el clima de oración en el que se deben tomar las correcciones y decisiones (si dos de ustedes se unen en la tierra para pedir algo). La tercera, hace referencia a la presencia del Señor en medio de la comunidad (donde hay dos o tres reunidos en mi nombre). En definitiva, la comunidad debe preocuparse de los hermanos, sobre todo si se apartan de ella por su pecado corrigiéndolos, para eso tiene la autoridad y debe hacerlo en clima de oración, sabiendo que el Señor está en medio de ella. Hay que destacar que no leeremos la conclusión del discurso comunitario que es la parábola del que no perdonó a su compañero (Mt 18, 23-35)
¿He practicado la corrección fraterna? ¿He recibido la corrección fraterna? ¿Creo que el Señor está en medio de la comunidad?