+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Juan
Dijo Jesús:
Dios amó tanto al mundo, que entregó a su Hijo único para que todo el que cree en Él no muera, sino que tenga Vida eterna.
Porque Dios no envió a su Hijo para juzgar al mundo, sino para que el mundo se salve por Él. El que cree en Él no es condenado, el que no cree ya está condenado, porque no ha creído en el Nombre del Hijo único de Dios.
En esto consiste el juicio: la luz vino al mundo, y los hombres prefirieron las tinieblas a la luz, porque sus obras eran malas.
Todo el que obra mal odia la luz y no se acerca a ella, por temor de que sus obras sean descubiertas.
En cambio, el que obra conforme a la verdad se acerca a la luz, para que se ponga de manifiesto que sus obras han sido hechas en Dios.
Palabra del Señor.
Reflexión
El Evangelio según San Juan nos trae la última parte del diálogo de Jesús con Nicodemo; recordemos que este fariseo es discípulo de Jesús, pero en secreto, tiene fe en el Señor, pero su miedo a los judíos parece ser más fuerte, con el avanzar del evangelio descubriremos que, al final, su fe será más fuerte que el miedo (Jn 19,38-41). Al iniciarse el relato (Jn 3,1-8) vimos que Nicodemo llegó donde Jesús y reconoció su autoridad gracias a las obras que Él realiza, pero el Maestro le dijo que eso no bastaba y que debía nacer “de lo alto” por el bautismo y la fuerza del Espíritu Santo y, frente a la pregunta de Nicodemo de “¿Cómo es posible todo esto?” (Jn 3,9a) Cristo Jesús le describe el acontecimiento salvífico realizado por la exaltación del Hijo de Dios en la Cruz. Jesús explica a Nicodemo que la iniciativa de la salvación es del Padre Celestial que amó tanto al mundo y que, por eso, entregó a su Hijo para que todo el que crea en Él no muera, sino que tenga la Vida Eterna (Jn 3,16). La misión del Hijo no es juzgar ni condenar, al contrario, es una misión de amor, como el amor del Padre, la misión del Hijo consiste en que el mundo alcance la salvación a través de Él. Jesús es el camino de la salvación, por eso el Juicio consiste en aceptar o rechazar al Hijo de Dios (Jn 3,18), quien es la luz que vino al mundo; el que cree en Él no es condenado, porque obra de acuerdo con la verdad y se acerca la luz y sus obras lo demuestran, en cambio el no cree en el Hijo ya está condenado, porque prefiere las tinieblas ya que sus obras son malas.
En estos días hemos leído el encuentro personal de Jesús con Nicodemo ¿Puedo darme un tiempo para buscar a Jesús en la soledad de mi habitación, en el silencio de mi corazón y dialogar con Él en la oración? ¿De qué puedo conversar con Él?