+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Lucas
Un sábado, Jesús entró a comer en casa de uno de los principales fariseos. Ellos lo observaban atentamente. Delante de Él había un hombre enfermo de hidropesía.
Jesús preguntó a los doctores de la Ley y a los fariseos: “¿Está permitido sanar en sábado o no?” Pero ellos guardaron silencio.
Entonces Jesús tomó de la mano al enfermo, lo sanó y lo despidió. Y volviéndose hacia ellos, les dijo: “Si a alguno de ustedes se le cae en un pozo su hijo o su buey, ¿acaso no lo saca en seguida, aunque sea sábado?”.
Palabra del Señor.
Reflexión
Retomamos el Evangelio según San Lucas. Recordemos que en Lc 13,22 se inició la segunda parte (de un total de tres) del viaje de Jesús hacia Jerusalén que durará hasta Lc 17,10. En toda esta sección Jesús instruye a sus discípulos sobre la fuerza del amor de Dios asociada constantemente a la figura del banquete salvífico o “el banquete del amor” (García-Viana). Dos temas quedaron fuera de nuestra lectura, el de la puerta estrecha en el camino de salvación (Lc 13,22-30) y el lamento de Jesús por Jerusalén que mata a los profetas (Lc 13,31-35). Hoy Lucas nos muestra a Jesús en una comida; no era extraño que el Maestro aceptara invitaciones a comer de parte de cualquier persona y muchas veces también de los fariseos como ya hemos visto antes; en este caso se trata de la invitación de un jefe de una sinagoga y la comida acontece en sábado. Delante de él había un hombre enfermo de hidropesía al cual Jesús sana sin preocuparse de que sea sábado, ya que, para Él, el sábado es un día de liberación y de misericordia que hace referencia a las grandes acciones de Dios para con su pueblo, como la creación y el éxodo. Pero los fariseos tienen su corazón cerrado y sólo buscan encontrar maneras de acusar al Señor, conociendo la Palabra de Dios no se dan cuenta de que el amor al prójimo va de la mano con el amor a Dios; por eso la gloria de Dios no puede consistir en descansar el sábado mientras una persona sufre una terrible enfermedad; Jesús les enseña que la gloria de Dios brilla más cuando se aplica la compasión y la misericordia para con el prójimo necesitado, más aún si es en el Sábado, y los fariseos no supieron que decirle.
¿He comprendido que el amor a Dios se demuestra amando al prójimo? ¿Rezo por los enfermos, los visito, si puedo? ¿Soy compasivo (a) y misericordioso (a) como Jesús?