+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Lucas
Mientras todos se admiraban por las cosas que hacía, Jesús dijo a sus discípulos: “Escuchen bien esto que les digo: El Hijo del hombre va a ser entregado en manos de los hombres”. Pero ellos no entendían estas palabras: su sentido les resultaba oscuro, de manera que no podían comprenderlas, y temían interrogar a Jesús acerca de esto.
Palabra del Señor.
Reflexión
Estamos leyendo los últimos episodios de la misión del Señor en Galilea antes de iniciar su camino definitivo a la ciudad santa de Jerusalén, este camino será narrado extensa y detalladamente por el Evangelio según San Lucas. Después de que Jesús ha mostrado su gloria y su grandeza a sus discípulos con la experiencia de la Transfiguración en el monte Tabor y el milagro de la sanación del joven epiléptico, ahora les recuerda la otra dimensión de su mesianismo con su segundo anuncio de la pasión. «En verdad se preparaba para salvarnos, para sufrir por nosotros la pasión [dice Cirilo de Alejandría]». Los discípulos no entienden el anuncio de su Maestro y Jesús permanece solo frente a su destino doloroso. San Lucas destaca, duramente, el sentido velado y la incapacidad de comprender por parte de los discípulos; en este anuncio Jesús no habla de resurrección, ya que sólo después de esta, los discípulos podrán comprender de forma plena el significado de la muerte del Maestro, como lo veremos, más adelante, en las apariciones a los discípulos de Emaús (Lc 24,25-27) y a los Once (Lc 24,44-46). La muerte del Señor parece algo totalmente absurdo y que sólo gracias a la resurrección se podrá comprender como un hecho salvífico. «Cuando vino el Salvador del mundo asumió nuestra carne y ofreció su vida para que fuésemos… libres de la muerte y de la perdición [Cirilo de Alejandría]». El evangelista San Lucas nos dice que los discípulos, ante este anuncio, no se atreven a hacerle preguntas, quizá porque todavía les resuenan las duras condiciones del discipulado que el Maestro les reveló después del primer anuncio de la pasión (Lc 9,23-26).
¿Qué significa para mí la muerte de Jesús? ¿Estoy dispuesto (a) a seguir al Señor? ¿Estoy dispuesto (a) a acompañar a Jesús en su muerte para acompañarlo en su resurrección?