+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Marcos
Un escriba se acercó a Jesús y le preguntó: “¿Cuál es el primero de los mandamientos?”.
Jesús respondió: “El primero es: «Escucha, Israel: el Señor nuestro Dios es el único Señor; y tú amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón y con toda tu alma, con todo tu espíritu y con todas tus fuerzas». El segundo es: «Amarás a tu prójimo como a ti mismo». No hay otro mandamiento más grande que éstos”.
El escriba le dijo: “Muy bien, Maestro, tienes razón al decir que hay un solo Dios y no hay otro más que Él, y que amarlo con todo el corazón, con toda la inteligencia y con todas las fuerzas, y amar al prójimo como a sí mismo, vale más que todos los holocaustos y todos los sacrificios”.
Jesús, al ver que había respondido tan acertadamente, le dijo: “Tú no estás lejos del Reino de Dios”.
Y nadie se atrevió a hacerle más preguntas.
Palabra del Señor.
Reflexión
El Evangelio según San Marcos nos presenta hoy la Cuarta controversia que trata sobre cuál de los 613 mandamientos de la Ley del Antiguo Testamento es el más importante, este es un cuestionamiento muy común por parte la gente hacia los maestros judíos. Jesús responde combinado dos citas del AT, demostrando su calidad de correcto maestro judío y poniendo énfasis en las disposiciones interiores de la persona. El que hace la pregunta a Jesús es un escriba, o sea, un estudioso de la Sagrada Escritura, el cual no muestra hostilidad hacia el Señor, al contrario, presenta una actitud y deseo sincero de aprender. A la pregunta del escriba sobre cuál es el mandamiento principal, Jesús responde con la cita de Dt 6,4-9 diciendo que el primer mandamiento es amar a Dios con todos los recursos disponibles de la persona (corazón, alma, mente, fuerza) y luego agrega como segundo mandamiento la cita de Lv 19,18b que dice que hay que amar al prójimo como a sí mismo; los dos mandamientos están unidos por la palabra amor y el hecho de unirlos es una enseñanza original del Maestro de Nazaret. El escriba expresa su acuerdo con Jesús diciéndole: “muy bien maestro”, parafraseando su enseñanza y agregando una comparación con el culto sacrificial del Templo tomada de 1 Sm 15,22 y de Os 6,6; el amor a Dios y al prójimo debe ser la base de todo culto verdadero. Jesús alaba al escriba por su correcta comprensión de lo que es esencial en la Ley del AT y porque esto lo sitúa cerca del Reino que está llegando y lo prepara para recibirlo (Mc 10,13-16).
¿Estoy lejos o cerca del Reino de Dios? ¿Amo a Dios por sobre todas las cosas? ¿Amo al prójimo como a mí mismo?