+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Marcos
Le enviaron a Jesús unos fariseos y herodianos para sorprenderlo en alguna de sus afirmaciones. Ellos fueron y le dijeron: “Maestro, sabemos que eres sincero y no tienes en cuenta la condición de las personas, porque no te fijas en la categoría de nadie, sino que enseñas con toda fidelidad el camino de Dios. ¿Está permitido pagar el impuesto al César o no? ¿Debemos pagarlo o no?”
Pero Él, conociendo su hipocresía, les dijo: “¿Por qué me tienden una trampa? Muéstrenme un denario”.
Cuando se lo mostraron, preguntó: “¿De quién es esta figura y esta inscripción?”.
Respondieron: “Del César”.
Entonces Jesús les dijo: “Den al César lo que es del César, y a Dios, lo que es de Dios”.
Y ellos quedaron sorprendidos por la respuesta.
Palabra del Señor.
Reflexión
Seguimos hoy con la lectura semicontinua del Evangelio según San Marcos. Recordemos que en los días de semana del “Tiempo durante el año” (antes también llamado tiempo ordinario) se lee primero San Marcos, porque es el “primer evangelio” escrito y después leeremos San Mateo y terminares con San Lucas, escritos en ese orden y basados en Marcos. San Marcos nos dice hoy que Jesús ya está en Jerusalén para llevar cabo su misión cono Mesías sufriente. Después de haber entrado triunfalmente a Jerusalén y de haber purificado el Templo, el Señor tiene una serie de controversias con los Dirigentes del Templo y de Israel (que se pusieron de acuerdo para matarlo) y los desenmascara con la parábola de “los viñadores asesinos”, leída ayer. Derrotados, los enemigos de Jesús envían a los fariseos y herodianos para ponerle una trampa, unos nacionalistas y los otros colaboracionistas. Ellos, como “zalameros” que son, lo elogian para luego tender una trampa con su pregunta capciosa e hipócrita: ¿hay que pagar el impuesto al César? Jesús los desenmascara pidiendo que le muestren la moneda (un denario); ellos, cayendo en su propia trampa, le muestran la moneda con la figura del César, mostrándose así impuros ante el pueblo por tener y tocar una moneda pagana con la imagen de un dios falso (el César). Jesús simplemente les dice que le devuelvan su moneda al César, ya que los deberes para con Dios no eximen de los deberes para con la sociedad; que el César reciba su tributo, pero más importante, que Dios reciba su tributo en el verdadero culto: restituyendo lo debido a los, pobres, a los explotados, a los excluidos, a los aplastados, a las víctimas de la injusticia.
Como don Bosco decía: ¿Soy un buen cristiano y honesto ciudadano? ¿Cumplo con mis deberes para con la Sociedad? ¿Amo al prójimo, así como amo a Dios?