Nos enseñan de pequeño que para vivir todo tiene precio, todo lo que queremos
nos va a costar algo. Sin embargo, la dimensión mas profunda del cristiano esta
en experimentar la gratuidad ya que sabemos que la gratuidad existe. Lo hemos
experimentado. Estamos convencidos de que esto es real.
Los cristianos sabemos que ninguno de nosotros se merece el mundo que
habitamos; ni la naturaleza en todo su esplendor. Por esto agradecemos a Dios,
de quien proviene lo que somos y tenemos. Lo nuestro es recibir y agradecer. Es
dar sin esperar recompensa. Es dar mil cuando alguien nos da cien; y recibir diez
a cambio de mil, cuando al prójimo no es posible más. La alegría mas profunda del cristiano tiene que ver con vivir la vida en el registro de la gratuidad.Texto “Jesús, antes y después de Cristo” Jorge Costadoat S.J.
María José Urrutia
Asesora Laica Movimiento Juvenil Salesiano
¿Cuáles van a ser tus actos de gratuidad en esta cuaresma?