+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Marcos
Jesús tomó a Pedro, Santiago y Juan, y los llevó a ellos solos a un monte elevado. Allí se transfiguró en presencia de ellos. Sus vestiduras se volvieron resplandecientes, tan blancas como nadie en el mundo podría blanquearlas. Y se les aparecieron Elías y Moisés, conversando con Jesús.
Pedro dijo a Jesús: “Maestro, ¡qué bien estamos aquí! Hagamos tres carpas, una para ti, otra para Moisés y otra para Elías”. Pedro no sabía qué decir, porque estaban llenos de temor.
Entonces una nube los cubrió con su sombra, y salió de ella una voz: “Éste es mi Hijo muy querido, escúchenlo”. De pronto miraron a su alrededor y no vieron a nadie, sino a Jesús solo con ellos.
Mientras bajaban del monte, Jesús les prohibió contar lo que habían visto, hasta que el Hijo del hombre resucitara de entre los muertos. Ellos cumplieron esta orden, pero se preguntaban qué significaría “resucitar de entre los muertos”.
Y le hicieron esta pregunta: “¿Por qué dicen los escribas que antes debe venir Elías?”
Jesús les respondió: “Sí, Elías debe venir antes para restablecer el orden en todo. Pero, ¿no dice la Escritura que el Hijo del hombre debe sufrir mucho y ser despreciado? Les aseguro que Elías ya ha venido e hicieron con él lo que quisieron, como estaba escrito”.
Palabra del Señor.
Reflexión
Para terminar esta sexta semana del Tiempo durante el Año San Marcos nos presenta hoy un texto con dos sucesos: la Transfiguración de Jesús y la Cuestión de Elías. El primer contenido explica la identidad de Jesús como Hijo de Dios y el segundo contenido coloca esa identidad del Maestro en el contexto de la expectación judía por la llegada del Reino de y de la Resurrección. La Transfiguración acontece “seis días después” dice Marcos haciendo una referencia al pueblo de Israel a los pies del monte Sinaí (ver Ex 24,15-16) preparándose durante seis días. La Montaña suele ser siempre el lugar de la Teofanía (=manifestación de Dios) y, por lo tanto, el lugar del encuentro con Dios. San Marcos no nombra la montaña, pero la Tradición la identifica con el Monte Tabor, al cual suben, acompañando a Jesús, Pedro, Santiago y Juan los mismos que lo acompañarán en su agonía en el huerto de Getsemaní. Ante ellos Jesús se transfigura, o cambia de forma (metemorphóte dice el original griego) concediéndoles a los discípulos la posibilidad de verlo en su estado glorioso que será su estado eterno después de la Pascua, esto es, después de su Muerte y Resurrección. La aparición del Elías y Moisés hacen referencia a los Profetas y la Ley, las dos partes principales de la Biblia en el AT, ellos aparecen como testigos de la Escritura en favor de Jesús; tanto Moisés como Elías fueron llevados al Cielo (ver 2Re 2,11; Dt 34,6) y por este motivo se esperaba su intervención al momento en que llegara el Reino mesiánico (ver Mal 3,23-24; Dt 18,15.18); por eso hace tanto sentido que estén junto a Jesús en el Monte. La cuestión de Elías se plantea justo por la profecía de Malaquías y Jesús lo identifica con Juan Bautista.
¿Qué destaco de las figuras de Elías y Moisés? ¿Qué me dicen las palabras del Padre Dios salidas de la nube? ¿Cuándo quiero encontrar a Dios, dónde lo busco?
