+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Marcos
Jesús fue con Santiago y Juan a casa de Simón y Andrés. La suegra de Simón estaba en cama con fiebre, y se lo dijeron de inmediato. Él se acercó, la tomó de la mano y la hizo levantar. Entonces ella no tuvo más fiebre y se puso a servirlos.
Al atardecer, después de ponerse el sol, le llevaron a todos los enfermos y endemoniados, y la ciudad entera se reunió delante de la puerta. Jesús sanó a muchos enfermos, que sufrían de diversos males, y expulsó a muchos demonios; pero a éstos no los dejaba hablar, porque sabían quién era Él.
Por la mañana, antes que amaneciera, Jesús se levantó, salió y fue a un lugar desierto; allí estuvo orando. Simón salió a buscarlo con sus compañeros, y cuando lo encontraron, le dijeron: “Todos te andan buscando”.
Él les respondió: “Vayamos a otra parte, a predicar también en las poblaciones vecinas, porque para eso he salido”.
Y fue por toda la Galilea, predicando en las sinagogas de ellos y expulsando demonios.
Palabra del Señor.
Reflexión
Ayer entramos en el “Tiempo durante el Año” (Tempus per annum), antes también llamado “Tiempo Ordinario”; concretamente en la semana primera (de un total de 34). El color litúrgico corresponde al verde y durante los días de semana de este tiempo leemos los evangelios sinópticos en forma “semicontinua”, en primer lugar, Marcos, luego Mateo y finalmente Lucas. San Marcos nos lleva hoy a la casa de Pedro en Cafarnaúm, alrededor de la cual y dentro de ella, Jesús realiza múltiples milagros, dándonos a entender que la casa de Pedro es como un símbolo de la Iglesia. Dentro de la casa está la suegra de Pedro con fiebre y en cama, con sencillez Jesús realiza el milagro, le toma la mano y la hace levantar y ella se puso a servirlos; con este milagro Marcos nos está enseñando que el poder de Jesús libera a toda persona de cualquier cadena y la encamina por la senda del servicio, que es el camino del discípulo o discípula. Al atardecer la ciudad entera se reunió en la puerta de la casa de Pedro para llevarle enfermos y endemoniados y Él los sanó uno por uno. Al día siguiente muy temprano el Maestro salió a un lugar desierto para orar a solas y largamente, contemplando y escuchando a su Padre Dios, pues qué es la oración sino un diálogo con Dios, un momento riquísimo para contemplar y escuchar a Dios. Pedro lo interrumpe y le dice “todos te andan buscando”; ¿por qué todos buscan a Jesús?, porque saben que ora mucho, saben que Él, escucha a su Padre Celestial, saben que se ocupa de las cosas de Dios y por la tanto saben que Él los va a escuchar a ellos, saben que se va a ocupar de sus necesidades, por eso lo buscan.
¿Necesito que el Señor me libere de alguna cadena que me impide servir? ¿Qué hago yo por los enfermos? ¿Busco a Jesús? ¿Pienso…siento que él se puede ocupar de mí y de mis problemas?