José el carpintero de Nazaret se había comprometido en matrimonio con María una joven de quince años, hija de Ana y Joaquín. Cada día trabajaba duro haciendo muebles en su taller para su hogar, mientras esperaba el tiempo para desposarla. María mientras se esmeraba siendo una buena hija y se purificaba para la boda corría por el campo y conversaba con sus amigas. Cuando el Espíritu Santo se posó sobre ella no dudó en decir sí a ser la madre de Dios, porque Dios la había escogido. José quiso repudiarla en silencio cuando supo que esperaba un hijo que no era de él, pero un ángel vino en sus sueños y le dijo: María ha concebido un hijo del Espíritu Santo, debes casarte con ella y poner por nombre Jesús al bebé. El será el salvador de la humanidad. Entonces José obedeció al ángel y se casó con María.
Félix Soto
Capilla Santa Irene, Parroquia Jesús es el Señor, La Florida
¿Estamos atentos a la voz de Dios que se hace presente de diversas
formas en nuestra vida?