– ¡Papá! Escucho unos cantos
– ¿Dónde? No escucho nada
– ¡Ahí, ahí en la plaza! ¿Me llevas?
– ¡Si hijita vamos!
Padre e hija caminan prestos a la plaza de donde viene la encantadora música. De
pronto se dan cuenta que son niños los que cantan villancicos y tanto padre como
hija se dejan llevar por esa música tan hermosa. Una vez que terminan de cantar
cada niño y niña cantora le hacen un regalo a cado una de las personas que
escuchan. En ese momento la niña pregunta sorprendida:
– ¿Papá, no será al revés, que nosotros deberíamos hacerles un regalo por el
canto que ellos nos regalan?
– Hija, es verdad, pero estos niños y niñas cantores son como Jesús que nos traen
regalos en forma abundante, incluso, cuando no lo merecemos. Creo que lo único
que esperan de nosotros es que entendamos el espíritu de la Navidad porque hay
más alegría en dar que en recibir.Lorena Basualto
EIPJ, Ámbito Evangelización y catequesis
¿Qué piensas sobre la conclusión que realiza el padre en cuanto que:
“hay más alegría en dar que en recibir?