+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Mateo
Jesús dijo a la multitud:
¿Con quién puedo comparar a esta generación? Se parece a esos muchachos que, sentados en la plaza, gritan a los otros: “¡Les tocamos la flauta, y ustedes no bailaron! ¡Entonamos cantos fúnebres, y no lloraron!”
Porque llegó Juan el Bautista, que no come ni bebe, y ustedes dicen: “¡Está endemoniado!” Llegó el Hijo del hombre, que come y bebe, y dicen: “Es un glotón y un borracho, amigo de publicanos y pecadores”. Pero la Sabiduría ha quedado justificada por sus obras.
Palabra del Señor.
Reflexionemos
Seguimos celebrando la segunda semana del Tiempo de Adviento y estamos todavía en la primera parte de este tiempo litúrgico, parte orientada a la preparación de la segunda venida del Señor (la Parusía=Presencia visible). Continuamos hoy en compañía del profeta Juan el Bautista, según la narración del Evangelio según San Mateo. El Señor Jesús siente y conoce el rechazo de su pueblo al Reino de los Cielos presente en su persona, por eso cuando usa la frase “esta generación” la usa siempre en forma peyorativa para referirse a su pueblo, pero sobre todo a la clase dirigente del pueblo de Israel, que le ha rechazado con todas sus fuerzas y no sólo a Él sino también, antes a Juan Bautista. Esta es la función de la breve parábola de los niños que narra el Señor. Son niños “taimados” a los cuales se les toca música alegre y no bailan y se les toca música fúnebre y no lloran. La parábola hace referencia, en primer lugar, al estilo austero, rudo y exigente de Juan Bautista, el cual invitaba (con duras palabras) a la conversión y preparación para la llegada de los tiempos mesiánicos, por lo cual fue rechazado. En segundo lugar, la parábola refiere a la persona de Jesús de Nazaret, el cual, con su estilo manso y humilde, compasivo y misericordioso, trae la alegría de los tiempos mesiánicos con el gozo del Evangelio, pero también es rechazado. Pero, frente a esta actitud obstinada del pueblo de Israel, la sabiduría de Dios queda justificada por las obras de Juan y de Jesús y aquellos que abren su corazón lo comprenden y se convierten.
¿Cómo vivo las exigencias de Juan el Bautista? ¿Cómo vivo la alegría de Jesús de Nazaret? ¿Qué puedo hacer para no pertenecer a “esta generación” que rechaza al Reinado de Dios?