Sabemos que el pueblo de Israel llevaba mucho tiempo esperando al Mesías. Lo esperaba como un Rey-Dios, con poder para hacer grande a Israel, liberándolo de todos los peligros que los amenazaban como pueblo. Es la promesa que Dios hizo, cuyo cumplimiento constituye el núcleo de la identidad de Israel. Así, las expectativas por el cumplimiento de la promesa eran particularmente intensa a causa del yugo de la dominación romana. En el relato de la Anunciación María personifica al pueblo de Israel y recibe el anuncio del cumplimiento de la promesa del Mesías que heredará el trono de David. La Anunciación es el momento en que un pueblo vive el momento más significativo de su historia y lo viven entre las cuatro paredes de la sencilla habitación de una joven. María comprende este momento de la historia de la salvación, lo cual queda en evidencia en el cántico que entona durante su visita a su prima Isabel. Cántico que va más allá de la gratitud personal, presta su voz a la raza de Abraham entera. María celebra un hecho nuevo: ¡El reino de Dios está aquí y ella ha sido ha sido elegida como su portadora!
César González
Colaborador EIPJ
¿Qué manifestaciones de tu vida o de la vida social puede manifestar de que el Reino de
Dios está aquí?