Don Bosco serenaba los corazones, es por eso que en el origen de nuestra experiencia carismática está el encuentro. En la película “La vida es bella”, es conmovedor como el amor del padre y su ingenio, permitió vivir a su hijito como una aventura el horror del campo de concentración, un juego, ¿te acuerdas? Podemos decir que ese papá engañaba a su hijo, pero no es tan así. Este papá tuvo la genialidad de hacer que su hijito viviera la realidad de un modo que el horror de cada día no lo destrozara, haciendo que la sonrisa y la esperanza del rostro de su hijito no desapareciera. Don Bosco fue un genio en buscar felicidad y motivos de esperanza en los pequeños gestos y atenciones con sus niños y jóvenes, detalles que pareciera que se perdían en lo ordinario de cada día, pero que tuvieron gran importancia y valor para que todos esos niños y jóvenes se sintieran amados y felices, aún en el contexto laboral o familiar que vivían.
Claudia Martí
Salesianos Concepción
¿Cómo buscas el don de la empatía cada día, en el encuentro con el
otro?
