+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Lucas
Jesús dijo a sus discípulos:
“Es inevitable que haya escándalos, pero ¡ay de aquél que los ocasiona! Más le valdría que le ataran al cuello una piedra de moler y lo precipitaran al mar, antes que escandalizar a uno de estos pequeños. Por lo tanto, ¡tengan cuidado!
Si tu hermano peca, repréndelo, y si se arrepiente, perdónalo. Y si peca siete veces al día contra ti, y otras tantas vuelve a ti, diciendo: «Me arrepiento», perdónalo”.
Los Apóstoles dijeron al Señor: “Auméntanos la fe”.
Él respondió: “Si ustedes tuvieran fe del tamaño de un grano de mostaza, y dijeran a esa morera que está ahí: «Arráncate de raíz y plántate en el mar», ella les obedecería”.
Palabra del Señor.
Reflexión
Ayer Domingo hemos iniciado la semana número treinta y dos del Tiempo durante el Año (Tiempo Ordinario). Recordemos que este tiempo litúrgico tiene un total de treinta y cuatro semanas. La última parte de este tiempo ha estado acompañada por la lectura del Evangelio según San Lucas; este evangelista nos está presentando el camino de Jesús desde Galilea hacia la ciudad santa de Jerusalén, de hecho con los versículos que leemos hoy estamos terminando la narración de la segunda parte del viaje que en su mayoría se ha centrado en la oposición a Jesús y sus discípulos; Lucas inició esta parte (ver Lc 13,22-30) y también la termina con el tema de la renovación interior de los discípulos. Estos versículos que estamos leyendo provienen del Documento Q (fuente de dichos de Jesús), los primeros dos contiene una severa advertencia del Señor para que los discípulos no provoquen que sus propios hermanos en la fe abandonen el camino cristiano, esto con el mal comportamiento, mal ejemplo y el escándalo. Si pensamos que la piedra de molino (piedra de basalto) pesaba cientos de kilos podemos imaginar lo severo de la advertencia de Jesús. Los pequeños representan a muchos discípulos que pueden ser débiles en su fe y que fácilmente pueden tropezar a causa del escándalo provocado por otro discípulo. Los siguientes versículos indican que los discípulos deben crecer en la capacidad de perdonar de verdad y sin límites (no basta con rezar el Padrenuestro) y para ello requieren una fe en el Dios de Jesús mucho más fuerte y profunda, de ahí el ejemplo de la morera que es un árbol grande y con un gran sistema de raíces, lo que haría que fuera muy difícil arrancarlo de la tierra. La fe verdadera es capaz de producir realidades extraordinarias.
¿Soy buen ejemplo para mis hermanos (as) en la fe? ¿He aprendido a perdonar sin límites? ¿Cuán grande y fuerte es mi fe?