En un mundo globalizado donde el relativismo destructor provoca como reacción la dureza del corazón, es necesario no perder el rumbo: andar en presencia de Dios, sin importarnos nuestra condición y estado de vida. El Papa Francisco nos anima a la santidad del día a día: “Me gusta ver la santidad en el pueblo de Dios paciente: a los padres que crían con tanto amor a sus hijos, en esos hombres y mujeres que trabajan para llevar el pan a su casa, en los enfermos, en las religiosas ancianas que siguen sonriendo” (Gaudete et exsultate, 7). Como leemos en la cita del Papa la santidad es accesible a todos. Nos anima a no
intentar imitar modelos sino más bien a discernir nuestro propio camino y sacar a la luz lo mejor de nosotros mismos.Ricardo Jara Cortés
EPE Valparaíso
Jessica Aguirre Santana
EME Valparaíso
¿Cómo Dios me está llamando a vivir la santidad hoy?