+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Lucas
Jesús dijo a la multitud:
Cuando ven que una nube se levanta en occidente, ustedes dicen en seguida que va a llover, y así sucede. Y cuando sopla viento del sur, dicen que hará calor, y así sucede.
¡Hipócritas! Ustedes saben discernir el aspecto de la tierra y del cielo; ¿cómo entonces no saben discernir el tiempo presente?
¿Por qué no juzgan ustedes mismos lo que es justo? Cuando vas con tu adversario a presentarte ante el magistrado, trata de llegar a un acuerdo con él en el camino, no sea que el adversario te lleve ante el juez, y el juez te entregue al guardia, y éste te ponga en la cárcel. Te aseguro que no saldrás de allí hasta que hayas pagado el último centavo.
Palabra del Señor.
Reflexión
San Lucas nos presenta hoy la continuación de la enseñanza de Jesús iniciada ayer. Recordemos que esta enseñanza acontece en el camino del Señor hacia Jerusalén, donde Él sabe que va a enfrentar la Pasión, por eso sus palabras son una exhortación para decidirse por Él, no hay otra opción. Hoy le habla a la multitud que lo sigue, en concreto a los judíos que han rechazado su persona y su mensaje; porque ellos son capaces de interpretar los signos atmosféricos, pero no son capaces de interpretar el signo del Reino de Dios que es la misma persona del Señor; al contrario, no sólo rechazan a Jesús, sino que además le exigen signos portentosos para creerle (ver Lc 11,16), cosa que Cristo el Señor ya ha rechazado (ver Lc 11,29). La necesidad de convertirse al Reino de los Cielos es apremiante, ya no hay más tiempo; por eso el Maestro pone ese ejemplo del hombre que busca llegar a un acuerdo con su adversario antes de llegar al Juez y ser condenado sin apelación. Esa búsqueda del acuerdo que describe Jesús es el último llamado que Él hace a los judíos para que abran su corazón y descubran en su persona el signo del Reino de Dios que está llegando; no hay más tiempo, porque su Pascua es inminente. Al respecto comenta San Agustín: «Busquemos al adversario con quien hemos de reconciliarnos para que no nos entregue al juez y el juez al alguacil. Busquémosle y reconciliémonos con él. Si pecas, tu adversario es la palabra de Dios … En cualesquiera pecados en que pretendas hacer tu voluntad, te dice: “No lo hagas”. Ella es el adversario de tu voluntad hasta que llegue a convertirse en autora de tu salvación. ¡Oh buen enemigo! ¡Que provechoso adversario!».
¿Puedo decir que estoy decidida, que estoy decidido en favor de Jesús? ¿Qué significa Jesús para mí? ¿Cómo puedo ayudar a otros para que descubran en Jesús el signo del Reino de los Cielos?