Artémides siempre fue fiel al espíritu salesiano y al lema que dejó como herencia Don Bosco a los jóvenes: trabajo y templanza. Esto lo llevó a desarrollar una actividad prodigiosa siempre con una rapidez de ánimo, con un espíritu de sacrificio, desapego absoluto de toda satisfacción personal, y sin descanso. Algunas han dicho que los únicos días que descansó fue cuando estuvo en la cárcel, cinco días, él fue a prisión porque se encontró con un preso en el Hospital, donde trabaja, entonces se le atribuyó la fuga del delincuente, posteriormente salió absuelto. A pesar de este complejo episodio él fue un hombre que se relacionó muy bien con todas personas de cualquier condición social, tenía una gran carga de simpatía y especialmente, era muy alegre cuando alternaba con la gente más humilde.
Leontina Lazo
Capilla María Auxiliadora, Parroquia San Juan Bosco, Valparaíso
¿En algún momento de nuestra vida hemos actuado en forma empática con nuestros hermanos que sufren, recordando el actuar de Artémides Zatti?