Artémides Zatti debido a su gran servicio hacia los más desposeídos alcanzó la fama de enfermero santo en todo el Sur de Argentina y con esto le llegaban pacientes de toda la Patagonia. Si alguna persona requería de su asistencia él no dudaba en ir a visitarlo. Se cuenta que una vez fue a visitar a un pobre hombre que estaba en cama y cuando llega, el enfermo se disculpa por mandarlo llamar a esas horas y él responde con entusiasmo: “¡Su deber es llamarme y mi deber es acudir!” Se cuenta que los enfermos preferían su visita a la de los médicos. Artémides amaba a sus enfermos, en ellos veía al mismo Jesús sufriente, hasta el punto de que cuando pedía vestimentas para un niño recién llegado, decía: “Hermana, ¿tiene ropa para un Jesús de 12 años?”.
Leontina Lazo
Capilla María Auxiliadora, Parroquia San Juan Bosco, Valparaíso
¿Vemos en el hermano el rostro de Cristo?