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Mateo 5, 27-32: “No cometerás adulterio”

10 de Junio 2022     Freddy Araya    

19-oct

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+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Mateo

Jesús dijo a sus discípulos:
Ustedes han oído que se dijo: “No cometerás adulterio”. Pero Yo les digo: El que mira a una mujer deseándola ya cometió adulterio con ella en su corazón.
Si tu ojo derecho es para ti una ocasión de pecado, arráncalo y arrójalo lejos de ti: es preferible que se pierda uno solo de tus miembros, y no que todo tu cuerpo sea arrojado al infierno. Y si tu mano derecha es para ti una ocasión de pecado, córtala y arrójala lejos de ti: es preferible que se pierda uno solo de tus miembros, y no que todo tu cuerpo sea arrojado al infierno.
También se dijo: “El que se divorcia de su mujer debe darle una declaración de divorcio”. Pero Yo les digo: El que se divorcia de su mujer, excepto en caso de unión ilegal, la expone a cometer adulterio; y el que se casa con una mujer abandonada por su marido comete adulterio. 

Palabra del Señor.

Reflexión

En el día de hoy retomamos la lectura del Evangelio según San Mateo que, en esta ocasión, nos narra dos de las seis antítesis que presenta Jesús en su “Sermón de la Montaña”, la primera es sobre el adulterio y la segunda sobre el divorcio. En primer lugar sobre el adulterio, el Señor cita el sexto mandamiento de la Ley, pero, tal como hizo antes, Jesús apunta a una exigencia más alta: no basta con no cometer adulterio de hecho, sino que se trata de no concebirlo en el corazón, por eso pone dos ejemplos de lo que debe hacer el discípulo para no pecar, primero sacarse el ojo, segundo cortarse a mano (obviamente en sentido figurado), ya que el ojo pecador, representa la impureza del corazón y la mano pecadora, representa el pecado llevado a cabo. De lo contario el destino del pecador es la Gehena o Valle del hijo de Hinnom (ge-ben-hinnom, al sur oeste de Jerusalén), lugar asociado a las abominaciones de los paganos y usado para quemar la basura de la Ciudad; por lo tanto «ser arrojado a la Gehena» significa ser expulsado fuera de la Ciudad Santa, es decir, del Reino de los Cielos. En segundo lugar, sobre el divorcio, Jesús se refiere a la enseñanza de Moisés (Dt 24, 1) que permitía al varón divorciarse de su mujer “casi” por cualquier motivo; en este caso Jesús, usando su autoridad superior de Hijo de Dios, simplemente declara abolida la norma de Moisés, dejando al descubierto que el divorcio, en la práctica judía de su tiempo, era una injusticia contra la mujer; de esta manera devuelve el matrimonio a su pureza original. (Ver Mt 19, 3-9).

¿Cómo vivo los mandamientos del Señor? ¿He aprendido a amar de verdad? ¿Cómo describo mi relación de pareja?

Categories: Evangelio diario

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