+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Juan
A la Hora de pasar de este mundo al Padre, los discípulos le dijeron a Jesús: “Por fin hablas claro y sin parábolas. Ahora conocemos que Tú lo sabes todo y no hace falta hacerte preguntas. Por eso creemos que Tú has salido de Dios”.
Jesús les respondió: “¿Ahora creen? Se acerca la hora, y ya ha llegado, en que ustedes se dispersarán cada uno por su lado, y me dejarán solo.
Pero no, no estoy solo, porque el Padre está conmigo. Les digo esto para que encuentren la paz en mí. En el mundo tendrán que sufrir; pero tengan valor: Yo he vencido al mundo”.
Palabra del Señor.
Reflexión
Ayer Domingo hemos celebrado la Solemnidad de la Ascensión del Señor Jesús al Cielo y así hemos iniciado le séptima y última semana del Tiempo de Pascua que terminará el Domingo que viene con la Solemnidad de Pentecostés, que celebra el Don del Espíritu Santo y que completa la Cincuentena Pascual. En el día de hoy San Juan nos presenta los últimos versículos de los discursos de despedida de Jesús. Con la Pascua ya próxima y la actuación del Espíritu Santo los discípulos empiezan a comprender la verdadera identidad de Jesús, que antes estaba nublada por la incomprensión de ellos, «Eran párvulos, y aún no discernían espiritualmente lo que oían…» (San Agustín), «Sabían que había sido enviado por Dios, pero ignoraban que había salido de Dios» (Hilario de Poitiers); Jesús es el Revelador, es el único intérprete de Dios, es el enviado del Padre, es el que ha bajado del cielo, es el que testimonia el amor de Dios y es quien ofrece la salvación al mundo. La venida de Jesús del Padre y su vuelta a Él constituye un juicio sobre el mundo hostil y la salvación para los que creen en él. En definitiva, la misión del Hijo eterno del Padre es la clave de todo el evangelio según San Juan: el que cree en Él tiene la vida eterna y el que no cree ya está juzgado; así lo que decide la salvación o el juicio es el encuentro personal con Jesús; por ese encuentro seremos «participes de la eternidad, de manera que alcancemos por la gracia de Cristo la deificación … siempre estaremos con Dios y nunca tendrá fin el descanso y la felicidad que gozaremos». (Máximo el Confesor).
En medio de mis actividades cotidianas ¿cómo testimonio mi fe en Jesús? En medio del sufrimiento propio o de los demás ¿cómo puedo renovar mi fe en el Señor?