+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Mateo
Uno de los Doce, llamado Judas Iscariote, fue a ver a los sumos sacerdotes y les dijo: “¿Cuánto me darán si se lo entrego?” Y resolvieron darle treinta monedas de plata. Desde ese momento, Judas buscaba una ocasión favorable para entregarlo.
El primer día de los Ácimos, los discípulos fueron a preguntar a Jesús: “¿Dónde quieres que te preparemos la comida pascual?”
Él respondió: “Vayan a la ciudad, a la casa de tal persona, y díganle: “El Maestro dice: Se acerca mi hora, voy a celebrar la Pascua en tu casa con mis discípulos””.
Ellos hicieron como Jesús les había ordenado y prepararon la Pascua.
Al atardecer, estaba a la mesa con los Doce y, mientras comían, Jesús les dijo: “Les aseguro que uno de ustedes me entregará”.
Profundamente apenados, ellos empezaron a preguntarle uno por uno: “¿Seré yo, Señor?”
Él respondió: “El que acaba de servirse de la misma fuente que Yo, ése me va a entregar. El Hijo del hombre se va, como está escrito de él, pero ¡ay de aquel por quien el Hijo del hombre será entregado: más le valdría no haber nacido!”
Judas, el que lo iba a entregar, le preguntó: “¿Seré yo, Maestro?” “Tú lo has dicho”, le respondió Jesús.
Palabra del Señor.
Reflexión
Hoy es Miércoles Santo y así nos acercamos al Sacrosanto Triduo Pascual de la Pasión, Muerte y Resurrección de Nuestro Señor Jesucristo. En este día nos acompaña el evangelista San Mateo, quien nos muestra los preparativos y la celebración de la Cena Pascual y en ese marco, la traición de Judas. Con la frase “desde ese momento” (Mt 26,16a) Mateo anuncia que entramos en la etapa decisiva de la vida de Jesús: la hora de su Pascua, la hora de su muerte y resurrección. Durante todo el evangelio se ha dicho que Jesús será entregado, ahora se revela quien es el que lo entrega: Judas, por treinta monedas de plata (Zac 11,12; Ex 21,32); pero también se revela que Jesús sabe todo lo que se está moviendo a su alrededor (incluyendo la traición) para provocar su muerte, pero Él, teniendo el control de todo lo que le sucede deja actuar, ya que hay algo más profundo en esos sucesos: es el Padre Celestial quien entrega a su Hijo y Él obediente hasta la muerte, sigue la voluntad de su Padre y se entrega por nosotros. El Señor Jesús manteniendo el control de la situación, en todo momento, da instrucciones para comer la Cena Pascual, consigue una casa en Jerusalén, lo bastante grande, para celebrar con su nueva familia, que son sus discípulos y sus discípulas. Cabe destacar que es diferente la forma en la cual se dirigen a Jesús sus discípulos. Todos, menos Judas Iscariote, lo llaman Señor, y de esa forma reconocen su autoridad y su poder; Judas, en cambio, lo llama Rabbí (Maestro), que es la forma que los enemigos del Señor usan para dirigirse a Él. Judas habla como los adversarios del Señor, porque no ha comprendido que Jesús es el Señor.
¿Quién es Jesús para mí? ¿Qué significa para mí celebrar la Pascua? ¿Qué siento al acercarse los días más santos para nuestra fe?