Un jurista y político español, escribió: «El camino del deber se encuentra enfrente del sendero del egoísmo».
Deber y egoísmo son dos realidades enfrentadas. Ante ellas debemos optar. El cumplimiento del deber exige renunciar al egoísmo. El que solo piensa en sí mismo y actúa para sí mismo olvida el camino del deber, que es arduo y exige generosidad y entrega.
No pocas veces cumplir con nuestro deber significa dejar de lado nuestra pereza egoísta y optar clara y decididamente por la entrega a los demás.
El fácil y cómodo sendero del egoísmo está enfrentado al recio y difícil camino del deber, que siempre exige entrega y donación hacia los demás.
¿Cuáles han sido mis elecciones? ¿Estoy dispuesto/a a dejar la pereza del egoísmo?