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Marcos 10, 1-12: Que El Hombre No Separe Lo Que Dios Ha Unido

25 de Febrero 2022     Freddy Araya    

09-12-17

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+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Marcos

Jesús fue a la región de Judea y al otro lado del Jordán. Se reunió nuevamente la multitud alrededor de Él y, como de costumbre, les estuvo enseñando una vez más.
Se acercaron a Jesús algunos fariseos y, para ponerlo a prueba, le plantearon esta cuestión: “¿Es lícito al hombre divorciarse de su mujer?”. Él les respondió: “¿Qué es lo que Moisés les ha ordenado?” Ellos dijeron: “Moisés permitió redactar una declaración de divorcio y separarse de ella”. Entonces Jesús les respondió: “Si Moisés les dio esta prescripción fue debido a la dureza del corazón de ustedes. Pero desde el principio de la creación, ‘Dios los hizo varón y mujer’. ‘Por eso, el hombre dejará a su padre y a su madre, y los dos no serán sino una sola carne’. De manera que ya no son dos, ‘sino una sola carne’. Que el hombre no separe lo que Dios ha unido”. Cuando regresaron a la casa, los discípulos le volvieron a preguntar sobre esto.
Él les dijo: “El que se divorcia de su mujer y se casa con otra comete adulterio contra aquélla; y si una mujer se divorcia de su marido y se casa con otro, también comete adulterio”. 

Palabra del Señor.

Reflexión

La segunda instrucción de Jesús a sus discípulos presenta ahora la enseñanza sobre el Matrimonio y el divorcio, enseñanza radical del Maestro Nazareno que además de ser exclusiva de Él es también un nuevo desafío para los discípulos (as). San Marcos deja claro que el Señor y sus discípulos han pasado de Galilea a Judea. En este contexto aparecen de nuevo unos fariseos con la intención de ponerlo a prueba; conociendo la opinión de Jesús usan el tema del divorcio ya sea para que el Señor entre en contradicción con la Ley de Moisés o en conflicto con Herodes y su familia “hiperdivorciada”. La pregunta de los fariseos apunta a la “legalidad” del divorcio y, antes de responder, Jesús contra pregunta sobre qué es lo que había ordenado Moisés; la respuesta de los fariseos es clara, ya que Moisés simplemente da por sentada la institución del divorcio y sólo la regula en algunos aspectos (Dt 24,1-4). Sólo el marido podía divorciarse de su esposa, pero no al revés y las razones que podía esgrimir para hacerlo eran “encontrar algo indecente en ella”, o sea, podía ser cualquier cosa, según como se interpretara esa frase. La respuesta de Jesús también es clara ya que el considera que la enseñanza de Moisés en Dt 24,1-4 es una concesión a la debilidad humana (“la dureza del corazón de ustedes”) y una dispensa del plan original de Dios sobre la pareja humana y el Matrimonio. Para fundamentar su radical enseñanza el Maestro recurre a dos textos del Génesis (Gn 1,27 y 2,24) en los cuales queda claro que el plan original de Dios es que varón y mujer se unan y sean “una sola carne”, por lo tanto, se excluye el divorcio, el hombre no puede disolver lo que Dios unió en el origen.

¿Cómo vivo mi vida cristiana en mi relación de pareja? ¿He aprendido a amar? ¿Qué puedo aprender de aquellos matrimonios que han celebrado sus bodas de plata, de oro…?

Categories: Evangelio diario

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