+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Marcos
Jesús dijo a sus discípulos:
Les aseguro que no quedará sin recompensa el que les dé a beber un vaso de agua por el hecho de que ustedes pertenecen a Cristo.
Si alguien llegara a escandalizar a uno de estos pequeños que tienen fe, sería preferible para él que le ataran al cuello una piedra de moler y lo arrojaran al mar.
Si tu mano es para ti ocasión de pecado, córtala, porque más te vale entrar en la Vida manco, que ir con tus dos manos al infierno, al fuego inextinguible. Y si tu pie es para ti ocasión de pecado, córtalo, porque más te vale entrar lisiado en la Vida, que ser arrojado con tus dos pies al infierno. Y si tu ojo es para ti ocasión de pecado, arráncalo, porque más te vale entrar con un solo ojo en el Reino de Dios, que ser arrojado con tus dos ojos al infierno, donde el gusano no muere y el fuego no se apaga.
Porque cada uno será salado por el fuego.
La sal es una cosa excelente, pero si se vuelve insípida, ¿con qué la volverán a salar?
Que haya sal en ustedes mismos y vivan en paz unos con otros.
Palabra del Señor.
Reflexión
En esta segunda instrucción sobre las exigencias del Reino, Jesús ya ha hecho el segundo anuncio de la pasión y después de eso ha hablado a los discípulos (as) sobre la actitud de servicio que deben tener y de la tolerancia para con todos los que hacen el bien. Hoy Marcos nos presenta una serie de cuatro dichos de severa advertencia ante el mal ejemplo y tres menciones referentes a la sal. Después de anunciar una recompensa para los que, en el nombre de Jesús, ayuden a los discípulos, el Señor inicia la seria amonestación para aquellos que escandalicen a los discípulos (=los pequeños). Escandalizar significa “hacer pecar” o “poner un obstáculo”, es decir, “poner en peligro o destruir la fe”. El esquema de los cuatro dichos es el mismo: si una parte del cuerpo hace pecar hay que cortarla para evitar la Gehena y entrar en el Reino. El lenguaje metafórico usado por el Maestro indica que deben usarse todos los medios necesarios para sacar de raíz aquello que favorece, provoca o sustenta el escándalo; esto referido, por un lado, a cada discípulo (a) en particular, purificando su vida interior con la exclusión del pecado, como, por otro lado, a la comunidad entera, purificándola con la exclusión de quien provoca el escándalo. Tres dichos hablan de “entrar en la Vida”, lo que significa entrar en el Reino de Dios y también hablan del peligro de la Gehena que se refiere al Valle de Hinón, ubicado al sudoeste de Jerusalén, lugar en que se adoró al ídolo Moloc (de Asiria y Canaán) ofreciéndole sacrificios de niños (2Re 23,10) transformándose, por lo tanto, en lugar ligado a la condenación eterna (Is 66,24). La sal hace referencia a la purificación de los discípulos (as) como un sacrificio agradable a Dios (Ez 43,24).
¿Alguna vez he obstaculizado la fe algún hermano o hermana? ¿Qué tengo que “cortar” de mi vida para favorecer mi crecimiento en la fe? ¿Qué puedo aportar a la comunidad cristiana?