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Marcos 4, 1-20: El Sembrador Salió A Sembrar

26 de Enero 2022     Freddy Araya    

21. sembrando

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+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Marcos

Jesús comenzó a enseñar a orillas del mar. Una gran multitud se reunió junto a Él, de manera que debió subir a una barca dentro del mar, y sentarse en ella. Mientras tanto, la multitud estaba en la orilla. Él les enseñaba muchas cosas por medio de parábolas, y esto era lo que les enseñaba:
“¡Escuchen! El sembrador salió a sembrar. Mientras sembraba, parte de la semilla cayó al borde del camino, y vinieron los pájaros y se la comieron. Otra parte cayó en terreno rocoso, donde no había mucha tierra, y brotó en seguida porque la tierra era poco profunda; pero cuando salió el sol, se quemó y, por falta de raíz, se secó. Otra cayó entre las espinas; estas crecieron, la sofocaron, y no dio fruto. Otros granos cayeron en buena tierra y dieron fruto: fueron creciendo y desarrollándose, y rindieron ya el treinta, ya el sesenta, ya el ciento por uno”.
Y decía: “¡El que tenga oídos para oír, que oiga!”
Cuando se quedó solo, los que estaban alrededor de Él junto con los Doce le preguntaban por el sentido de las parábolas. Y Jesús les decía: “A ustedes se les ha confiado el misterio del Reino de Dios; en cambio, para los de afuera, todo es parábola, a fin de que miren y no vean, oigan y no entiendan, no sea que se conviertan y alcancen el perdón”.
Jesús les dijo: “¿No entienden esta parábola? ¿Cómo comprenderán entonces todas las demás?
El sembrador siembra la Palabra. Los que están al borde del camino son aquellos en quienes se siembra la Palabra; pero, apenas la escuchan, viene Satanás y se lleva la semilla sembrada en ellos.
Igualmente, los que reciben la semilla en terreno rocoso son los que, al escuchar la Palabra, la acogen en seguida con alegría; pero no tienen raíces, sino que son inconstantes y, en cuanto sobreviene la tribulación o la persecución a causa de la Palabra, inmediatamente sucumben.
Hay otros que reciben la semilla entre espinas: son los que han escuchado la Palabra, pero las preocupaciones del mundo, la seducción de las riquezas y los demás deseos penetran en ellos y ahogan la Palabra, y esta resulta infructuosa.
Y los que reciben la semilla en tierra buena son los que escuchan la Palabra, la aceptan y dan fruto al treinta, al sesenta y al ciento por uno”. 

Palabra del Señor.

Reflexión

En el día de hoy San Marcos nos presenta la llamada Parábola del Sembrador y su consiguiente explicación. Con esta parábola se inicia lo que se ha llamado el discurso en parábolas, que contiene tres parábolas que comparan al Reino de Dios con el maravilloso crecimiento de la semilla y con la abundancia de los frutos finales. Para los oyentes de Jesús es fácil seguir las imágenes de la semilla, la tierra y el sembrador, considerando la sociedad agraria en la que vivían; además hay que tener en cuenta que la Sagrada Escritura habla varias veces de la relación entre Dios, su Palabra, las semillas y los frutos. La parábola empieza con la palabra “Escuchen” y termina con la frase “el que tenga oídos para oír, que oiga”, dándonos así una pista importantísima para su interpretación. El sembrador siembra sin preocuparse mucho donde va cayendo la semilla, ya que al parecer en Palestina acostumbraban primero a tirar la semilla y después pasar el arado, además, podemos concluir que el sembrador tiene mucha semilla, lo que insinúa la inmensa generosidad de Dios que invita a todos a su Reino. A partir de este momento el sembrador pareciera quedar en segundo plano para dar protagonismo a la semilla, por eso se suele decir que el nombre más adecuado de este texto podría ser: “parábola de la semilla”; también cobran relevancia los diferentes terrenos, y eso es lo que se nos describe: tres terrenos que fracasan y uno que produce en abundancia. Jesús está enseñando que la acción divina en medio de su pueblo dará fruto al final (que será maravilloso), a pesar de las resistencias que encuentra, lo mismo que pasará con su palabra que será escuchada por algunos, pero que encontrará rechazo en otros, como ya lo ha experimentado.

¿Qué resistencias le he puesto a la Palabra de Dios? ¿Cuál o cuáles de los terrenos me identifican más? ¿Qué necesito que el Señor haga en mi vida para dar treinta, sesenta o ciento por uno?

Categories: Evangelio diario

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