+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Lucas
Como se reunía una gran multitud y acudía a Jesús gente de todas las ciudades, Él les dijo, valiéndose de una parábola: “El sembrador salió a sembrar su semilla. Al sembrar, una parte de la semilla cayó al borde del camino, donde fue pisoteada y se la comieron los pájaros del cielo. Otra parte cayó sobre las piedras y, al brotar, se secó por falta de humedad. Otra cayó entre las espinas, y éstas, brotando al mismo tiempo, la ahogaron. Otra parte cayó en tierra fértil, brotó y produjo fruto al ciento por uno”.
Y una vez que dijo esto, exclamó: “¡El que tenga oídos para oír, que oiga!”
Sus discípulos le preguntaron qué significaba esta parábola, y Jesús les dijo: “A ustedes se les ha concedido conocer los misterios del Reino de Dios; a los demás, en cambio, se les habla en parábolas, para que miren sin ver y oigan sin comprender.
La parábola quiere decir esto: La semilla es la Palabra de Dios. Los que están al borde del camino son los que escuchan, pero luego viene el diablo y arrebata la Palabra de sus corazones, para que no crean y se salven.
Los que están sobre las piedras son los que reciben la Palabra con alegría, apenas la oyen; pero no tienen raíces: creen por un tiempo, y en el momento de la tentación se vuelven atrás.
Lo que cayó entre espinas son los que escuchan, pero con las preocupaciones, las riquezas y los placeres de la vida, se van dejando ahogar poco a poco, y no llegan a madurar. Lo que cayó en tierra fértil son los que escuchan la Palabra con un corazón bien dispuesto, la retienen, y dan fruto gracias a su constancia”..
Palabra del Señor.
Reflexión
Terminamos esta semana con el inicio de una nueva sección del Evangelio según San Lucas basada en los diferentes modos de oír la Palabra de Dios, el evangelista toma textos de San Marcos para hablarnos de la escucha de la Palabra que se entiende aquí como el mensaje cristiano. Empieza el texto de hoy con la narración de la Parábola del Sembrador en la versión de San Lucas quien nos presenta, en primer lugar, el texto de la parábola y, en segundo lugar, la explicación de esta a los discípulos. Lo primero es la narración de la parábola como tal, la que pone el énfasis en la semilla, que corresponde al anuncio del evangelio por parte de Jesús; las primeras tres situaciones (el camino, las piedras y las espinas) muestran las dificultades que afronta la predicación de Jesús y el rechazo que Él ha recibido en varias partes y de parte de muchas personas, pero la cuarta situación (la tierra fértil), muestra el anuncio del triunfo futuro de la predicación de Jesús reflejada en la hiperbólica (exagerada) producción del ciento por uno. Con esta parábola Jesús nos enseña que Dios siempre es digno de confianza y por eso al final hará fructificar su Reino. Lo segundo es la explicación de la parábola centrada no en la semilla, sino en los cuatro tipos de terreno; los que tienen el corazón bien dispuesto y son constantes son los que dan fruto, responden con generosidad y constancia a la Palabra de Dios; en cambio los que sucumben a la tentación del demonio y a las preocupaciones, riquezas y placeres de la vida son los que, como profetizó Isaías (Is 6,9-10), miran sin ver y oyen sin comprender y por este motivo Jesús no puede llegar a sus corazones y no los puede salvar.
¿Acepto a Jesús o le pongo dificultades a su mensaje? ¿Cuáles de los terrenos han estado presentes en mi vida? ¿Mi corazón está bien dispuesto?