Loading

Mateo 10, 34–11, 1: No Es Digno De Mí

12 de Julio 2021     Freddy Araya    

0
Compartidos
0

+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Mateo

Jesús dijo a sus apóstoles:

“No piensen que he venido a traer la paz sobre la tierra. No vine a traer la paz, sino la espada. Porque he venido a enfrentar al hijo con su padre, a la hija con su madre y a la nuera con su suegra; y así, el hombre tendrá como enemigos a los de su propia casa.

El que ama a su padre o a su madre más que a mí no es digno de mí; y el que ama a su hijo o a su hija más que a mí, no es digno de mí.

El que no toma su cruz y me sigue, no es digno de mí.

El que encuentre su vida la perderá; y el que pierda su vida por mí, la encontrará.

El que los recibe a ustedes, me recibe a mí; y el que me recibe, recibe a Aquél que me envió.

El que recibe a un profeta por ser profeta, tendrá la recompensa de un profeta; y el que recibe a un justo por ser justo, tendrá la recompensa de un justo.

Les aseguro que cualquiera que dé a beber, aunque sólo sea un vaso de agua fresca, a uno de estos pequeños por ser mi discípulo, no quedará sin recompensa”.

Cuando Jesús terminó de dar estas instrucciones a sus doce discípulos, partió de allí, para enseñar y predicar en las ciudades de la región.

Palabra del Señor.

Reflexión

Estamos en la semana número quince (de un total de treinta y cuatro) del Tiempo durante el Año y seguimos en la compañía del Evangelista San Mateo, recordemos que él nos presenta cinco grandes discursos de Jesús, de los cuales ya hemos leído el Sermón de la Montaña y, en el día de hoy llegamos a la conclusión del Discurso Misionero. La primera idea que quiere destacar Mateo es que Jesús es causa de división entre las personas, para ello nos presenta una serie de dichos del Señor tomados de la Fuente Q (Colección de dichos de Jesús) que inspirados en Miqueas 7,6, explican que el mensaje de evangelio trastoca todas las estructuras sociales, ya que la “obediencia” del hijo al padre, de la hija  a la madre y de la nuera a la suegra eran la base de la sociedad en la cultura judía del tiempo de Jesús; además dice el Señor que para ser su discípulo (a) y ser digno (a) de Él hay que ponerlo a Él por sobre todo (las seguridades, la familia y la propia vida). La segunda idea consiste en las palabras conclusivas del discurso misionero referentes a la recompensa que espera a quienes acojan a los mensajeros del Evangelio. El anuncio de la Buena Noticia corresponde a toda la Iglesia, por eso Mateo nombra a los apóstoles, los profetas, los justos y los pequeños, todos ellos son distintos grupos de discípulos (as) que en su condición de enviados por Jesús lo representan ante los demás, “el enviado de un hombre es como si fuera él mismo” dice un proverbio rabínico; por eso acoger o rechazar a un discípulo (a) misionero (a) de Jesús es acogerlo o rechazarlo a Él.

¿Es el Señor el primero y más grande de mis amores? ¿Acojo al Señor en mi vida? ¿Acojo a sus discípulos y discípulas?

Categories: Evangelio diario

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Valoración*